12 de julio de 2013

Reseña - La caída de los gigantes

¡Buenas, mis lectores! ¡Aquí llego con una nueva reseña!





Título: La caída de los gigantes (Trilogía The Century).
Título original: Fall of Giants.
Autor: Ken Follett.
Editorial: Plaza & Janés.
Año de publicación: 2010.
Páginas: 1024.
Precio: 24,90 €.


SINOPSIS


"Esta es la historia de mis abuelos y de los vuestros, de nuestros padres y de nuestras propias vidas. De alguna forma es la historia de todos nosotros."

 La historia empieza en 1911, el día de la coronación del rey Jorge V en la abadía de Westminster. El destino de los Williams, una familia minera de Gales, está unido por el amor y la enemistad al de los Fitzherbert, aristócratas y propietarios de minas de carbón. Lady Maud Fitzherbert se enamorará de Walter von Ulrich, un joven espía en la embajada alemana de Londres. Sus vidas se entrelazarán con la de un asesor progresista del presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson, y la de dos hermanos rusos a los que la guerra y la revolución les ha arrebatado su sueño de buscar fortuna en América.Tras el éxito de Los pilares de la Tierra y Un mundo sin fin, Ken Follett presenta esta gran novela épica que narra la historia de cinco familias durante los años turbulentos de la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa y la lucha de hombres y mujeres por sus derechos.
 


OPINIÓN PERSONAL

  Me lo regalaron en las navidades del año pasado y ha estado en mi estantería aguardando su turno desde entonces. Más de una vez he intentado comenzarlo, pero es que la escritura de Follett, hasta que te metes realmente en la historia, se hace muuuuy densa. Y claro, por el camino aparecen otros títulos, no solo los que por obligación tengo que leer para alguna asignatura de mi carrera, sino los que se cuelan en mi bolso cada vez que visito las librerías (últimamente ya no tanto, porque el máster cuesta muuucho dinero, pero al ritmo que llevaba antes, habría tenido que tomar decisiones drásticas como cambiar de acera cada vez que paso cerca de una librería). En fin, que lo fui dejando hasta que terminé mis exámenes de febrero. Pensé.. “uju! Tengo un par de meses antes de verme hasta el cuello otra vez, vayamos a por algo grande...”  Y aún así tampoco lo cogí entonces. Leí el prólogo y lo cambié por otro par de libros. Pero finalmente llegó el momento...¡ y qué momento!
 Me ha APASIONADO. No se si será por el morbo que despiertan en mí las dos Guerras Mundiales (aunque en este caso hablamos solo de la primera, la segunda es el eje central de la continuación, “El Invierno del mundo”) o por lo fácil que sería comparar este libro con uno de fantasía. ¿Creéis que no? Las mayores sagas de literatura fantástica, de un modo u otro, siguen un hilo argumental que gira en torno a una guerra. Solo que esta ocurrió de verdad... y no hace mucho. Las cicatrices aún se sienten por todas partes: es la historia de Europa, de nuestros antepasados, nuestra historia, como el propio Follett dice.

 Pero vayamos paso a paso. Si es una historia ya inventada... ¿qué mérito tiene el escritor? Pues en este caso, muchísimo. El trabajo de investigación y documentación es tan exhaustivo que asusta. No es que yo sea una experta en geografía o historia (aunque he de reconocer que me gusta mucho, y que el género literario histórico es uno de mis favoritos) pero cualquiera con unos conocimientos mínimos en estos campos se da cuenta de que la mayor parte de la información ha sido contrastada (y los datos están por doquier, no llegas a leer más de tres o cuatro párrafos sin chocarte con alguno) Y a pesar de que el marco en el que se desarrolla la vida de los personajes en efecto no es invención de Follett, lo que les ocurre a ellos sí lo es. Y es una historia muy bonita, emocionante, optimista, y por supuesto, rebosante de diferentes personajes a los que les ocurre todo tipo de cosas, como la vida misma. 

 Esos mismos personajes son el punto que flaquea, sin embargo. Ken Follett es un gran contador de historias... pero las historias son a veces tan grandes que empequeñecen a sus personajes. No terminas de conocer realmente a Maud, Walter, Ethel... no llegas a empatizar con ellos al 100%, como ocurre con otras historias, y eso es una pena, algo que ya me pasó en su momento con “Los Pilares de la Tierra”: si en algún momento una lágrima asoma indiscreta por tu ojo, será por le crueldad que se está cometiendo en el libro, no por el personaje con el que se comete.  Esto no quiere decir que no estén logrados: sí, lo están, obviamente no son los personajes de un aficionado. Pero no dejan de ser personajes modelo, con ciertas características obvias y predecibles. Estos personajes actúan, pero al lector, para empatizar con ellos, le hace falta saber más de su mundo interior. Saber lo que están pensando, lo que están sintiendo, antes de que lo pongan en palabras o lo demuestren con sus acciones, porque en ese entonces ya es tarde. Sin embargo, todo esto se le perdona a Follet, quien al escribir nos presenta una actitud muy naïve: “tomad, mis queridos lectores, este es el mundo en el que vivís, de un lado están los buenos y del otro los malos, pero no os preocupéis que los buenos serán los ganadores”.
  Y esta última frase, sin embargo, me lleva a uno de los puntos más interesantes del libro: el punto de vista desde el cual está escrito. No olvidemos que Ken Follett es británico, y sin embargo, a veces crees estar leyendo el libro desde el punto de vista de un alemán. La crítica que hace sobre su propio país y la llamada a la reflexión que le hace al lector se agradecen tras haber sido bombardeados desde pequeños (perdonad la ironía) por un sinfín de libros, películas e incluso profesores de historia que resumían las Guerras Mundiales con la siguiente idea: “¡qué malos eran los alemanes!”

 En cuanto a lo denso que me había parecido en principio (cosa que, repito, ya me había sucedido con “Los Pilares”) en cuanto pasas la frontera de las 150 páginas, aproximadamente, entras en una vorágine que te obliga a seguir leyendo hasta consumir el libro enterito en muy pocos días, llegándote a leer a veces 300 páginas del tirón sin haberte dado ni cuenta. Es lo que tienen estas grandes historias “kenfolleriescas”, te enganchan sobremanera.  Y es impresionante lo que aprendes: ahora mismo sí que me considero casi una experta en el tema (sin olvidar por supuesto que esto es FICCIÓN, no una clase de historia, y que por tanto no se debe tomar todo al pie de la letra). Recuerdo el esquema que nos hizo mi profesora de historia cuando estaba en 4º de la ESO... “Muere el heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro... Alemania entra en combate, Rusia también, Inglaterra, Francia... Aliados... Guerra de trincheras.. 10 millones de muertes.. etc”. Eran unas cuantas ideas, unas cuantas líneas para recordar. Probablemente aprobé aquel examen, pero seguro que la mayor parte de los alumnos lo olvidaron al día siguiente. Sinceramente, después de leer este libro, dudo que alguna vez en mi vida me quede en blanco si me preguntan quienes participaron en la guerra, cuándo terminó, o incluso cuáles fueron las batallas más importantes. Llamadme exagerada, pero si yo tuviera una clase de 30 alumnos de 16 años a los que les importa un pepino lo que les estoy contando, les obligaría a leer este libro.  Magnífico es la única palabra que se me ocurre para describirlo.

9/10

3 comentarios:

  1. La verdad es que tengo muchas ganas de leerlo. Me parece muy interesante lo que has comentado sobre Ken Follett.
    Gracias por la reseña, te sigo y te invito a pasarte por mi blog.
    Besos desde El baúl de Penélope

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  2. Muchas gracias Lena! Bienvenida!

    Ahora mismo voy a visitar tu blog ;)

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  3. Lo compré hace muy poquito porque tengo ganas de leer la trilogía, pero pesa tanto que me desanima un poco, a ver si cuando tenga tiempo y esté más por casa me animo.
    Un beso, sigo curioseando y por aquí me quedo. Muak!

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