Me encanta la ropa. Me gusta mucho la moda, veo youtubers de moda, paseo por tiendas con relativa frecuencia y aunque nunca he gastado grandes cantidades de dinero en ella (porque no lo tengo) sí me he hecho a lo largo de los años con un armario más o menos significativo.
Es precisamente la lástima de mirar ese armario, esas prendas poco amortizadas, que me encantó comprar en su momento pero que en muchos casos no lucí lo suficiente, lo que puso el germen de la idea que vengo a contaros en mi cabeza.
Como os decía, hace no mucho pensé en lo maravilloso que sería sacar toda esa ropa del armario y utilizarla sin cesar hasta convertirla en harapos, hasta que no me quedara más remedio que tirarla y comprar más, esta vez sí por necesidad. En su momento me pareció una idea cuanto poco romántica y que además satisfacía bastante a mi otro yo: el que se avergonzaba un poquito de que algo tan "banal" como la moda me resultara tan atractivo. El que comprar un pantalón nuevo o ir especialmente atractiva a una fiesta me hicieran tan feliz.
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Es precisamente la lástima de mirar ese armario, esas prendas poco amortizadas, que me encantó comprar en su momento pero que en muchos casos no lucí lo suficiente, lo que puso el germen de la idea que vengo a contaros en mi cabeza.
Como os decía, hace no mucho pensé en lo maravilloso que sería sacar toda esa ropa del armario y utilizarla sin cesar hasta convertirla en harapos, hasta que no me quedara más remedio que tirarla y comprar más, esta vez sí por necesidad. En su momento me pareció una idea cuanto poco romántica y que además satisfacía bastante a mi otro yo: el que se avergonzaba un poquito de que algo tan "banal" como la moda me resultara tan atractivo. El que comprar un pantalón nuevo o ir especialmente atractiva a una fiesta me hicieran tan feliz.